La Menopausia y sus orígenes
- Nieves Santos
- 4 sept 2020
- 4 Min. de lectura
No hace mucho tiempo, las mujeres nunca experimentaban ninguna molestia al terminar sus años fértiles. La menopausia se consideraba positiva. La literatura médica escrita en el siglo XIX rara vez mencionaba la menopausia. Alrededor de la década de los cincuenta, las mujeres comenzaron a aparecer en los consultorios médicos en gran número con todo tipo de síntomas que nunca antes se habían visto.
Sudores nocturnos,sofocos, fatiga, ataques de pánico, ansiedad, caída del cabello, dolor articular, aumento de peso y mal humor.
Al principio, los médicos estaban tan perplejos con los síntomas que experimentaban las mujeres que les dijeron que todo estaba en sus cabezas. Simplemente no podían entenderlo. Los médicos informaron de la epidemia a las empresas farmacéuticas. Dado que lo único que estas mujeres tenían en común era su edad, se decidió que la causa debían ser las hormonas, aunque los hombres también experimentaban los mismos síntomas. Sin embargo, de eso no se hablaba porque en ese momento, culturalmente, se suponía que los hombres debían ser estoicos, la presión social para ser el sostén de la familia era enorme y los hombres tendían a no compartir los síntomas de pérdida de memoria, depresión y sobrepeso en la cintura, por nombrar algunos.
Naturalmente, una empresa farmacéutica vio la oportunidad de explotar y capitalizar este falso descubrimiento de los problemas hormonales femeninos. Y es así como en la década de los 50 se difundió la noticia de que las mujeres debían estar sufriendo deficiencias hormonales. Hasta el día de hoy, la comunidad médica todavía opera con esta desinformación hormonal y muchas mujeres creen que algo anda mal con sus hormonas. Y es completamente falso.
La menopausia está de nuestro lado, en el sentido en el que el proceso de envejecimiento se ralentiza después de la menopausia, exactamente lo contrario del mensaje que hemos estado escuchando. El envejecimiento más rápido de una mujer ocurre entre la pubertad y la menopausia. Vemos eso en el cuerpo de una niña y lo rápido que cambia su cuerpo después de su primer período menstrual. Ese es el caso porque las hormonas reproductoras son compuestos esteroideos que aceleran el proceso de envejecimiento. Al reducir el nivel de estrógeno y progesterona de una mujer, la menopausia también ayuda a protegernos de cánceres, virus y bacterias. Se nos ha dicho que las hormonas (reproductoras) son la fuente de la juventud, pero la ironía es que la verdadera juventud ocurrió antes de la pubertad, por lo que la menopausia es una forma de reconectarse con esa época.
La menopausia termina el ciclo del sistema reproductivo (y su drenaje en el cuerpo) y reduce los niveles hormonales. Es la forma natural del cuerpo de retrasar el envejecimiento para que la mujer pueda vivir una vida larga y saludable.
¿Cuál es el motivo de todos los llamados síntomas de la menopausia?
Esto está relacionado con tres elementos tóxicos:
el virus de Epstein-Barr, VEB
La radiación, la liberación de las bombas atómicas y el uso generalizado del fluoroscopio o de caja de rayos X
y el uso de DDT
Estas mujeres que presentaron síntomas en la década de los 50, habían nacido todas en la década de 1900, cuando estuvieron expuestas al virus del Epstein-Barr (VEB). El virus espera décadas esperando su momento para propagarse y causar estragos. Dio la casualidad de que las mujeres afectadas por las cepas no agresivas de VEB tenían entre 40 y 50 años cuando terminó el período de incubación viral y comenzaron los síntomas. Fue solo una coincidencia que esta fuera la misma edad de la perimenopausia o la menopausia.
La exposición a la radiación fue un gran error. Cuando millones de mujeres y niños usaron el fluoroscopio, estuvieron expuestos a la mayor cantidad de radiación jamás vista en la historia. ¡Habrían estado más seguras si hubieran vivido en el límite de la zona de evacuación de Chernobyl en 1986! La idea de usarlo para probar zapatos era que ayudaría a los vendedores a comprender la estructura ósea de los pies del cliente para así obtener los mejores zapatos. Esta máquina se vendió en Canadá, Estados Unidos, Sudáfrica y algunos países de Europa. En la década de los años cincuenta, la máquina se retiró de las zapaterías como si nunca hubiera estado allí, cuando la medicina moderna se dio cuenta de los peligros de la radiación. Esto se sumó al aumento de la exposición a la radiación debido a las consecuencias de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial en Japón.
Para el 1950, el uso de DDT estaba en su apogeo, y el sistema nervioso central y el hígado de muchas mujeres se habían sobrecargado con la toxina. Se roció en parques, cultivos y en todas partes, ya que se consideró seguro. Fue el libro de Rachel Carson, Primavera Silenciosa, lo que generó consciencia al público y diez años después de su publicación, el DDT fue prohibido en Estados Unidos y muchos otros países. India sigue siendo hoy en día el mayor consumidor de DDT. Y todavía está en nuestras aguas y en nuestros tejidos. No se ha ido. Por cierto, no es una coincidencia que cuando la industria química masiva detrás del DDT recibió un golpe de la conciencia pública sobre sus desventajas, una nueva industria comenzó a surgir y dominar: el tratamiento hormonal.
Mientras tanto, la menopausia se convirtió en el chivo expiatorio de decenas de síntomas que realmente tenían que ver con causas completamente diferentes, como sofocos, fatiga, palpitaciones cardíacas y sequedad vaginal.
Esto no quiere decir que las hormonas no puedan ser el problema en algunos casos. Cuando lo son, el culpable suele ser el exceso de trabajo de las glándulas suprarrenales (fatiga suprarrenal) y / o una tiroides poco activa, lo que puede alterar las hormonas reproductivas a cualquier edad. El punto, sin embargo, es que el desequilibrio hormonal puede ser solo una pieza del rompecabezas. La buena noticia es que todas estas cosas (radiación, virus, carga tóxica y problemas de hormonas reproductivas) se pueden abordar con alimentos curativos que abordan una amplia gama de patógenos y toxinas que podrían contribuir a sus síntomas.
La menopausia es una parte natural de la vida que no necesita ser "curada".

He basado esta información en el libro de Anthony William, Las claves de curación de las enfermedades crónicas, autoinmunes o de difícil diagnóstico.
Mi comprensión de cómo funciona el cuerpo es gracias a la luz que Anthony Wiliam ha arrojado sobre los vacíos que la medicina moderna no ha podido explicar.
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